
A menos de dos semanas para las elecciones bonaerenses, Fuerza Patria enfrenta nuevas tensiones entre Kicillof y Máximo Kirchner. La falta de coordinación diluye la posibilidad de aprovechar el momento de mayor debilidad de Milei.

El peronismo bonaerense llega a la recta final de la campaña hundido en una nueva crisis interna. Pese a que el presidente Javier Milei enfrenta el impacto político por la causa de las presuntas coimas en la que aparecen mencionados su hermana, Karina Milei, y dirigentes de su entorno más cercano, en Fuerza Patria no logran capitalizar la debilidad de La Libertad Avanza para convertirla en un activo electoral propio.
El Partido Justicialista necesita ganar la elección del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires para tener una oportunidad de llegar mejor posicionado al 26 de octubre, pero como viene sucediendo desde hace un año, la interna es la que marca el ritmo.
Mientras Axel Kicillof, con la veda de actos de gestión ya en marcha, concentra sus movimientos en recorridas y encuentros con la militancia junto a intendentes y sindicatos, su estrategia de campaña choca con el despliegue paralelo de La Cámpora.
Con eje en la Tercera Sección Electoral, Máximo Kirchner se muestra junto a Mayra Mendoza y Facundo Tignanelli, sus dos principales candidatos en el sur del conurbano bonaerense, y lanza fuertes críticas al gobernador.
La confrontación es cada vez más fuerte y no deja lugar a dudas: aunque logró la unidad electoral, Fuerza Patria es un sello tan vacío de acuerdos y de puntos en común que no puede, no sabe o no quiere aprovechar el momento de mayor debilidad de Milei desde que asumió la presidencia.
Dos campañas paralelas
Si bien todas las fuerzas políticas se enfrentarán a dos momentos de la campaña como consecuencia del desdoblamiento, en el peronismo hay diferencias hacia el centro de cada una de ellas.
El mismo día que Kicillof pasó por Quilmes para inaugurar obras junto a la intendenta local, horas después Mendoza inauguró un polideportivo junto a Máximo Kirchner y Jorge Taiana, cabeza de lista para las elecciones nacionales del 26 de octubre. “Ojalá el gobernador pusiera la misma plata en Quilmes que pone en la ciudad de La Plata”, dijo el líder de La Cámpora.
Desde el entorno de Kicillof aclaran que son más las obras realizadas en Quilmes que en la capital provincial, pero evitan la confrontación en público. La tensión, sin embargo, está expuesta.
Los cortocircuitos también se replican en otros distritos. En Mar del Plata, el enfrentamiento entre Fernanda Raverta y el sector del exintendente Gustavo Pulti derivó en acusaciones cruzadas y en la promoción del corte de boleta. En Avellaneda, un grupo referenciado con el intendente Jorge Ferraresi avanzó en la misma estrategia, lo que abrió un nuevo frente de conflicto interno.
Si bien el cierre de listas dejó heridas abiertas, algunas noticias de los últimos días suman tranquilidad, aunque no alcanzan para acercar posiciones. Lograron finalmente asegurar representación en San Nicolás y Morón, donde las diferencias entre el intendente, Lucas Ghi, y el exjefe comunal Martín Sabatella habían dificultado cumplir con los plazos, y también resolvieron los conflictos en Tres de Febrero, Exaltación de la Cruz y Zárate.
La falta de coordinación como sello de campaña
Mientras Milei intenta contener el daño de un escándalo que lo golpea en plena campaña, el peronismo bonaerense no logra mostrar una estrategia unificada. Kicillof busca retener centralidad, La Cámpora reclama visibilidad para Cristina Kirchner y los intendentes defienden sus territorios.
Desde las filas del peronismo advierten que la crisis libertaria, que podría haber funcionado como un punto de inflexión, puede terminar opacada por las disputas internas de Fuerza Patria, que encara la elección más importante del año con un mensaje de confrontación con Milei que va perdiendo fuerza y un frente desordenado.
En medio de ese panorama, Taiana todavía no asumió un rol definido en la campaña. Su primera actividad en territorio bonaerense fue en Quilmes, con Mendoza y Máximo Kirchner, pero sin Kicillof, que se arroga el haber propuesto que fuera primer candidato a diputado nacional por la provincia, lo que terminó sucediendo.
Desde distintos sectores admiten que aún no existe un plan articulado para su campaña, y el debate interno es si es mejor darle mayor protagonismo antes del 7 de septiembre o esperar a después de las elecciones bonaerenses para que levante su perfil. Hasta ahora, se impone la segunda estrategia.
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